En el marco de un esfuerzo conjunto para fomentar el desarrollo y la inclusión social en las comunidades indígenas y afromexicanas, más de 20 mil 522 comunidades han logrado llevar a cabo alrededor de 37 mil 811 obras de infraestructura social en diferentes áreas esenciales como urbanización, agua potable, vivienda, electrificación, drenaje y letrinas, salud, …
La Sinergia Indígena: 21 Mil Comunidades Unidas por la Construcción de una Mejora Compartida

En el marco de un esfuerzo conjunto para fomentar el desarrollo y la inclusión social en las comunidades indígenas y afromexicanas, más de 20 mil 522 comunidades han logrado llevar a cabo alrededor de 37 mil 811 obras de infraestructura social en diferentes áreas esenciales como urbanización, agua potable, vivienda, electrificación, drenaje y letrinas, salud, alcantarillado y educación.
El proceso ha sido posible gracias al Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social para Pueblos Indígenas y Afromexicanos, que ha permitido a las comunidades auto-financiarse y tomar decisiones sobre cómo utilizar los recursos. «Las comunidades han determinado ellos mismos qué obras priorizar en cada asamblea», explica la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, quien destaca la importancia de que los recursos se utilicen directamente en las comunidades beneficiadas.
«La dispersión de apoyos se ha realizado a través de una tarjeta que tienen ellas mismas, y no hay intermediarios», añade Montiel. Esta forma de trabajo participativo y descentralizado permite que las comunidades tengan control sobre el proceso y los resultados, garantizando que los recursos se utilicen de manera efectiva y transparente.
Entre octubre y octubre del mismo año, las comunidades indígenas y afromexicanas han trabajado en estrecha colaboración con las autoridades y organizaciones sociales para implementar estas obras de infraestructura social. El esfuerzo ha sido amplio y diverso, cubriendo desde la construcción de viviendas y servicios básicos hasta la instalación de sistemas de agua potable y saneamiento.
La inversión en la infraestructura social ha tenido un impacto significativo en la calidad de vida de las personas que viven en estas comunidades. La atención médica es ahora más accesible, los niños pueden asistir a una educación de mejor calidad y las familias tienen mejores oportunidades para mejorar su situación económica.
La inversión en la infraestructura social también ha permitido reducir la brecha entre las comunidades indígenas y afromexicanas y el resto de la sociedad. Al proporcionar servicios básicos como agua potable, electricidad y saneamiento, se han mejorado las condiciones de vida y se han creado oportunidades para que las personas puedan desarrollar sus habilidades y talentos.
En resumen, la inversión en la infraestructura social en comunidades indígenas y afromexicanas ha sido un esfuerzo conjunto y exitoso que ha tenido un impacto positivo en la calidad de vida de las personas que viven en estas comunidades. La forma participativa y descentralizada en la que se ha llevado a cabo el proceso ha permitido que las comunidades tengan control sobre el proceso y los resultados, garantizando que los recursos se utilicen de manera efectiva y transparente.