En un partido lleno de altibajos y emociones, la Selección Mexicana logró evadir la derrota en el último segundo con un gol agónico de Santiago Giménez, sellando un emocionante 2-2 contra Corea del Sur en Nashville. El encuentro, disputado en el Geodis Park, parecía haber escapado de las manos del Tri después de que los …
El milagro mexicano: Santi Giménez protagoniza un rédito emocionante para evitar la eliminación contra Corea del Sur.

En un partido lleno de altibajos y emociones, la Selección Mexicana logró evadir la derrota en el último segundo con un gol agónico de Santiago Giménez, sellando un emocionante 2-2 contra Corea del Sur en Nashville. El encuentro, disputado en el Geodis Park, parecía haber escapado de las manos del Tri después de que los asiáticos remontaran la ventaja inicial mexicana.
La historia comenzó con una victoria mexicana por 1-0, gracias a un gol de Raúl Jiménez al minuto 21. El delantero mexicano aprovechó una jugada brillante de Rodrigo Huescas, quien le sirvió un pase preciso y poderoso que permitió a Jiménez cabecear con autoridad. La hinchada mexicana se dejó llevar por la emoción y celebró el gol con entusiasmo, creyendo haber abierto camino hacia una victoria importante.
Sin embargo, los coreanos no se rindieron fácilmente y lograron remontar en el segundo tiempo. Un buen golpe de punta de Ji-Sung Park al minuto 67 parecía ser el gol que cambió el rumbo del partido, y Corea del Sur parecía encontrar su ritmo y confianza. La presión creciente por parte de los asiáticos llevó a la Selección Mexicana a defenderse con esfuerzo, pero no pudo evitar la remontada coreana.
A medida que el partido se acercaba al final, Corea del Sur parecía estar en camino hacia una victoria emocionante. Pero México nunca se rinde fácilmente y luchó por encontrar un gol que les permitiera igualar la situación. Y cuando menos lo esperaban, Giménez surgió con un gol agónico en el tiempo añadido.
La jugada fue de pura inspiración. Giménez se dio media vuelta en la media luna y disparó con zurda al minuto 94, enviando el balón a la portería coreana. La hinchada mexicana explotó en júbilo cuando se confirmó que el gol era válido, sellando un emocionante empate 2-2. El jugador mexicano celebró con sus compañeros de equipo, mientras que los coreanos quedaron atónitos y desolados.
El partido fue un ejemplo de la capacidad de la Selección Mexicana para luchar hasta el final y encontrar formas de ganar incluso en momentos difíciles. Aunque no se trató de una victoria, el empate es un resultado valioso que puede ser fundamental para la campaña del Tri en este torneo. La hinchada mexicana se marchó del estadio con la cabeza alta, sabiendo que su equipo había demostrado su capacidad para resistir y luchar cuando los resultados parecían estar en contra.