Para el mundo, él es el Papa Leo. Para sus amigos, él es simplemente ‘Bob’

El jueves, Robert Francis Prevost fue presentado al mundo como el Papa León XIV.

Pero la semana pasada, era un cardenal de bajo perfil que acababa de salir a cenar con un amigo en Roma.

El amigo, el reverendo Art Purcaro, vicepresidente asistente y profesor adjunto de la Universidad de Villanova, había viajado a Italia para celebrar el 50 aniversario de su ordenación sacerdotal. Planeaba cenar con su familia en Sor’Eva, un restaurante tradicional romano a orillas del Tíber, no lejos de la Ciudad del Vaticano. Y quería que su buen amigo, el cardenal Prevost, conocido por él simplemente como Bob, se uniera.

El cardenal no pudo asistir a la cena debido a los Novemdiales, los nueve días de luto y misas que se celebraban en honor al papa Francisco, fallecido el 21 de abril.

Pero luego, cuando la cena estaba terminando, recordó el padre Purcaro, entró Bob. Sostenía un paraguas negro mientras luchaba contra una noche lluviosa al aire libre.

«Este es el tipo de persona que es Bob Prevost», dijo el padre Purcaro en una entrevista telefónica el jueves. «Acaba de aparecer».

Los dos sacerdotes se conocen desde hace décadas. Trabajaron juntos en Perú, y más tarde pasaron un tiempo juntos trabajando en Roma. El padre Purcaro finalmente regresó a Villanova, la misma escuela a la que asistió el papa cuando era estudiante.

El padre Purcaro describió al nuevo papa como una persona poco ambiciosa, reservada y devota.

«Algunas personas enfatizarían el aspecto reservado de su personalidad, pero eso no transmite quién es Bob», dijo.

«Bob se preocupa mucho por la gente, especialmente por aquellos que han sido excluidos», agregó, señalando que eso se reflejó en su trabajo en Perú.

Elogió la disposición de su amigo «a dejar atrás cualquier ambición personal, su familia, sus capacidades, para ponerlas al servicio de los demás, para ir a una nación extranjera, para convertirse en obispo en un país extranjero y convertirse en ciudadano peruano para poder servir como uno para el pueblo».

Otro viejo amigo, el reverendo Robert Hagan, dijo que Robert Prevost fue su mentor y superior cuando estudiaba para convertirse en sacerdote en Racine, Wisconsin, a finales de la década de 1990.

Vieron los partidos de los Chicago Bulls juntos y, a lo largo de los años, se comunicaron sobre el éxito del equipo de baloncesto masculino en Villanova, al que ambos asistieron.

«Tenía un brillo en los ojos, una serenidad en el rostro. Es un hombre centrado. No se trataba del drama. Estaba tranquilo», dijo el padre Hagan, quien ahora es prior provincial a cargo de la orden de San Agustín en el área de Filadelfia.

Horas después de que se anunciara el nuevo papa, el padre Hagan todavía tenía problemas para mantener en orden el nuevo nombre de su amigo. «Pienso en él como Bob», dijo, y agregó que estaba tratando de volver a entrenarse. «Cuando apareció en ese balcón, fue como si apareciera un miembro de la familia».

El interés por el Papa León XIV, y por las personas que lo conocieron antes en su vida, ha sido intenso. Unas horas después de que se anunciara el papa, el padre Hagan dijo que recibió 351 mensajes de texto y 400 correos electrónicos sobre la noticia.

Pero nunca vio a un arribista tramando un ascenso al poder.

«El papado ciertamente no es algo a lo que pueda ver aspirar a Bob Prevost», dijo el padre Hagan. «Creo que simplemente estaba haciendo lo que sentía que Dios lo estaba llamando a hacer».